A M y a P, por todas las cosas que les quedan por vivir.

A M y a P,
Porque supieron irse antes de convertir la cicatriz en tormenta..

Un año más comprueban que siguen sin saber cómo despedirse. Cómo cerrar la puerta para que los monstruos no salgan del armario y cómo conseguir que tras la tormenta venga una calma casi eterna.

M sigue con los ojos cerrados ante la vida, bebiendo a sorbos de pozos que no llevan su nombre. Se empeña en colgarse de las comisuras de cualquiera que le prometa un abrigo en pleno invierno, aunque sepa que cuando haya una lágrima de más en su rostro saldrá corriendo.  M intenta revivirse, y parece que lo está logrando,  pero sigue habiendo noches en las que el dolor la visita.

P tiene el corazón más roto que el año anterior. Se pinta cuervos donde, hace tiempo, anidaron las mariposas. No consigue deshacerse del sabor que le dejo el desamor. Ha vuelto a proclamar a los cuatro vientos que en su caja torácica sólo hay arañas y polvo, polvo y recuerdos, recuerdos y silencio. Está orgulloso de vivir mirándose al espejo y no sentir absolutamente nada, ni bueno ni malo, sólo se mira, se observa y a veces, se pregunta cómo llegó hasta dónde está.

El tiempo se paró pero sus corazones decidieron abandonar la estación que compartieron; fue la mejor decisión.

M  sólo tiene un propósito para este año; ha decidido vivirlo hasta el último día. Ha decidido intentarlo; intentar abrazar a otras dudas, a otro caos pero a alguien que no prometa abrigo, que no diga que viene a salvarla, sino a salvarse con ella. M se mira al espejo y dibuja una ancha sonrisa, se dibujas mariposas en el ombligo y aunque tiene miedo de los meses que la esperan en todas las esquinas, está dispuesta a intentar convertir todas las tormentas en la calma; quiere aprender a desaprender a reabrir cicatrices.

P no tiene miedo. No tiene ninguna expectativa del año que está por llegar,  pero algo dentro de él se remueve cuando se da cuenta que las manecillas empiezan avanzar. Que el tiempo está yéndose y él sólo ha sido un mero espectador de su propia vida.  Ha empezado a escribir en un cuaderno todas aquellas cosas que dejo pendiente, todas las sonrisas que no devolvió, las llamadas que se quedaron en intenciones, los besos que no se dieron, las canciones que no se dedicaron. Aquellas tardes solo en casa, esperando a saber el qué o quién. Las caídas que evitó y las que no, aquellas frases que dijo con la ojos abiertos y el corazón cerrado. Ha doblado todas las hojas dónde prácticamente ha escrito toda su vida y mientras rememoraba todas aquellas cosas, dudas, certezas, intenciones y sentimientos, las ha roto.

P quiere empezar de nuevo, pero de verdad. Quiere dejar apartado el pasado. P quiere vivir.
M quiere dejar de sentir miedo. Quiere vivir.
  

El tiempo se ha puesto en marcha y sus corazones le siguen el ritmo; quién sabe si de aquí a la próxima nochevieja siguen viajando solos.

Imagen de christmas, snow, and winter

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