Espero que quieras venir a resguardarte de un Invierno disfrazado de Primavera.
Te
he buscado pero tú has sido quien me ha encontrado. Tú has sido el que has
decidido abrazar a la distancia, a comerte cada día un poco más mi miedo y a
invitarme a que entrase a tu vida sin apenas conocerme.
Te
he perdido y tú has sido quien me ha guiado, como si fueses una brújula y no la
meta a la que quería llegar. Tú has sido quien ha despertado al corazón dormido
que residía en mi caja torácica, quien se ha atrevido a despertar a mis
demonios menores y dormir con tus dulces palabras a los mayores.
Te
he dicho que volvería pero tú me has seguido, no has querido perderme por si el
viento volvía a arrastrarme lejos de ti y menos mal, casi me meto en la boca
del león. Podrías haberle dibujado mil mariposas a esa rubia de sonrisa grande
pero más grande sus ganas de llevarte a la cama, en cambio, has querido
escribir versos en mi ventana, arreglarme los rotos de mi vestido favorito y
completar tu desastre con el mío.
Te
dije que deseaba encontrar el cerrojo de tu puerta y tú has sido más previsor y
has quitado todas las puertas, para que pudiese entrar sin tener que rebuscar
en el Caos la llave maestra. Has dicho promesas a media voz e enviado mensaje
con palomas, querías que te encontrase a toda costa y así ha sido.
Te
dije que te echaría de menos si algún
día no te leía y desde ese momento, aunque fuera un “Estoy aquí” ha sido el
calmante perfecto para mi Tormenta. Has sabido cantarme sin hacerlo y abrazarme
desde el más absoluto silencio y aun así, has conseguido convertir las noches
en menos noches.
Eres
el ahogado que salva a otros pero no tienes a nadie que te saque del mar y te
haga el boca a boca. Nadie quiere
quedarse en tu andén invisible ni recoger tus lágrimas más maltratadas que tu
sonrisa, pero… por eso estoy aquí, dándome tortazos contra el mundo.
Estoy
abriendo miles de puerta aunque detrás sólo haya vacío porque quiero que
vuelvas, mejor dicho, que vengas y te quedes, que no temas de mis heridas.
Quiero acostumbrarme a tus desplantes, a tus caricias que combaten contra el
olvido. Quiero construir nuevos recuerdos con tus besos en mi cuello o tus
manos en mi cuerpo. No sé, ya veremos.
Te
conozco aunque aún no haya tenido la oportunidad de presentarte mi sonrisa rota
ni siquiera he conocido la tuya, y ya ves, empiezo a escribirnos, no me
preguntes por qué. Tal vez las ganas de convertirnos en Poesía ganan a la frase
que continuamente mi mente me repite “Tal
vez te estés tirando a una piscina sin agua o tal vez no haya ni agua ni
piscina o puede que ni siquiera exista un socorrista que te saque de ella”
Pero tranquilo, estoy acostumbrada a
limpiar la sangre y a sacar mi corazón medio roto de cualquier lugar.
Te
estoy ofreciendo un cobijo en mis palabras y un buen abrigo en mis versos que a
la larga se transformaran en abrazos. Espero que quieras venir a resguardarte de un Invierno
disfrazado de Primavera. Espero que no esté escribiéndole al viento, o mejor
dicho, espero que me leas.
Ven ya.
Bello, muy bello
ResponderEliminarDemasiado profundo, me ha encantado. Un besito :)
ResponderEliminarEs tarde, huele a insomnio, a noche larga.
ResponderEliminarMe he parado a charlar con mis monstruos de ti.
Les he contado que has venido a salvarnos, que el mar cabe en un vaso si me das la mano.
Que cabeza y corazón han firmado una tregua, para pensarte y latirte a ratos.
Les he dicho también que no temo el frío, que tu abrazo derretiría cualquier invierno.
Que no te conozco; que no sé del color de tus ojos, del sabor de tu piel, ni el olor de tu pelo. Pero que quiero esconderme tras tu risa de papel, y hacerla versos.
Que haré contigo un siempre si nos deja el tiempo.
Y que si tú me coges, yo no te suelto.
Aseguran que vuelvo a equivocarme, yo lo niego.
Ellos que vas a desordenarme, yo que he encontrado mi caos perfecto.
Tranquila, lo que les pasa es que mueren de celos. Saben que no los necesitaré si me mudo a tu pecho.
Huyo de ellos.
Es tarde, huele a insomnio, y a echar de menos.
Echar de menos lo desconocido, extrañar lo que nunca he tenido, añorar tus besos.
Las ganas de conocer tus amaneceres inundan mi cuarto;
me ha invitado la inspiración a soñar despierto, casi te veo.
La soledad se siente sola, ya no la quiero.
Te imagino al otro lado de mi cama, quizás desnuda. Yo escribiendo sobre tu espalda algún soneto. Convirtiendo tus costillas en el más armónico instrumento.
Guardando bajo la almohada instantes eternos.
Vuelvo a sentir, juro que no me explico cómo lo has hecho.
Que sí, que quiero tu cobijo en palabras, tu abrigo en versos.
Que a tu lado no importa que la primavera, jamás se quite el disfraz de invierno.
Es tarde, huele a insomnio, a noche larga, a echar de menos.
No sé bien hacia dónde voy.
Pero aguarda.
Ya llego
Eres demasiado increíble y sorprendente. No me canso de leerte, ya puedes escribir tres páginas repletas de palabras que las leería sin quejarme. Enganchas, y tus palabras enamoran.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo:)
Es una de las declaraciones de amor más bonitas que he leído en mucho tiempo (aunque qué decirte que no te haya dicho ya), me encanta como escribes y realmente te admiro por ello :)
ResponderEliminar1 beso.